martes, enero 02, 2007

HISTORIA DE MI ACOSO POR EL COMISARIO GIL RUBIALES

LA HISTORIA DE MI ACOSO EN EL CUERPO NACIONAL DE POLICÍA

Ángel A. H. R., Funcionario del Cuerpo Nacional de Policía, en situación de Jubilado en Acto de servicio, titular del DNI. Número XX.XXX.XXX-X, con domicilio en la Calle XXXXXXXX, Santa Cruz de Tenerife.

He sufrido durante algunos años, el acoso y abuso de poder de un Comisario y algunos componentes del CNP aquí en Tenerife, a todo este proceso le he hecho frente dentro de mis posibilidades, sin el apoyo de los Sindicatos Policiales, a los que page durante muchos años y sus representantes me han dejado completamente abandonado en todo este proceso, incumpliendo de esta manera hasta sus propios estatutos. Pero dado que mi enfermedad cada día me afecta más, por lo tanto, tengo que buscar ayuda, para salir de este pozo y por lo menos recobrar algo de autoestima y dignidad.

Por mi parte creo oportuno recordar a titulo enunciativo y no limitativo, algunas de las irregularidades cometidas hacia mi persona por parte de algunos funcionarios encabezados por el Señor Comisario Don Juan Antonio Gil Rubiales, torturador y acosador, con una sentencia firme después de un proceso largo y lleno de falsedades y ayudas políticas por la muerte de una persona. Para quitarme del medio tras mi denuncia en los Tribunales, ha tenido además que contar con la bendición, apoyo, o al menos, el consentimiento implícito de sus superiores y los Sindicatos SUP y UFP.

Durante años he desempeñado puestos de trabajo y responsabilidades, muy superiores a las que por mi escala tenía que realizar, debido a la falta de jefes y de personal en general en la Comisaría de playa de Las Americas, cita en el Municipio de Adeje, Santa Cruz de Tenerife. Dichas responsabilidades, consistían en hacerme cargo de la dirección del Grupo y por tanto, tenía que estar presente, en todos aquellos casos que por su naturaleza requirieran de una larga experiencia y conocimientos, tales como muertes violentas, agresiones sexuales, incendios e inspecciones oculares en temas de especial relevancia, así mismo la elaboración de informes periciales relativos a identificaciones dactilares. En consecuencia teníamos que estar una noche de servicio y la siguiente a la espera, por si el otro compañero veterano del grupo Don D. R. C., nos teníamos que apoyar mutuamente para sacar el trabajo adelante, se quiere significar que aparte de lo relacionada anteriormente, teníamos que cumplir nuestro horario normal de trabajo, teniendo que compartir conocimientos con los compañeros que iban llegando nuevos al grupo y que por su inexperiencia en Policía Científica, requería un seguimiento completo. Llegando a soportar un gran estrés por este motivo Que nunca se compenso toda esta responsabilidad y actividad, ni con tiempo libre, ni con incremento económico, teniendo incluso que asistir a los juicios y renunciar muchas veces a las compensaciones en tiempo libre, debido al volumen de trabajo por realizar, siendo todo esto demostrable con el personal destinado en dicho grupo y el trabajo realizado en todo ese tiempo.

A partir del año 2001-2002, se incorporan al grupo dos funcionarios, las repetidas peticiones de personal y sobre todo de un jefe, que por lo menos se encargara de representar al grupo en las reuniones de trabajo y gestionar las peticiones de otros grupos, dado que abecés se producían ligeros enfrentamientos, sobre todo debido a que los solicitantes eran superiores jerárquicos y no permitían que uno de menor escala le indicara cualquier cosa, que no fuera para esta persona satisfactorio. Atendiendo a todas estas necesidades, el Comisario Don Carlos Botran, jefe de la Comisaría en esas fechas, incorporó al Grupo, Al Subinspector Don E. D. D., y al Policía Don P. M. C., el primero como jefe de grupo y el segundo como refuerzo de la plantilla. Estos señores entraron en el grupo sin tener conocimientos en la materia y pronto se demostró que tampoco tenían mucho interés en aprender, por lo tanto lo que ocurrió fue lo contrario de lo que el Comisario Botran pretendía y me comunico que cuando hubiera nuevas incorporaciones a la Comisaría, serían cambiados. Lo que no se llevo a cabo nunca debido al cambio de Jefe de la Comisaría, incorporándose como nuevo jefe de la misma, el Sr. Gil Rubiales, persona muy conocida en el cuerpo por haber sido procesado y condenado por las torturas y posterior muerte del camionero vasco Joxe Arregui Izaguirre, en Madrid, este señor viene precedido de un historial bastante represivo hacia sus subordinados, pues es muy conocida su afición a abrir expedientes sancionadores por cualquier motivo, además de incitar al personal a su cargo a realizar diferentes labores que vulneran la legalidad. Este Comisario no solo no cambio a estos dos señores, sino que los amparo, dado que además eran los representantes del sindicato SUP en la Comisaría, por lo tanto la relación laboral fue deteriorándose cada día más, sobre todo porque estos señores empezaron a vivir del trabajo que realizábamos algunos y solo daban problemas, tales como estropear trabajos, deteriorar material, no cumplir con los horarios, faltar varios días por su labor sindical, sembrar la discordia desacreditando a los que no le tolerábamos su comportamiento, etc, etc.

Posteriormente se incorporo un inspector de nuevo ascenso, cuyo único fin consistía en llegar sobre las nueve de la mañana, justo a tiempo de la reunión matinal del Comisario con los jefes de grupos y, marcharse después de medio día, ya que vivía en La Laguna y además ayudaba a su mujer en unos negocios que tenía, a pesar de que cobraba por la jefatura del grupo y tenia que estar por la tarde también, este señor enseguida congenio con los dos representantes del SUP, ya que callaban todo esto y además solían taparse sus asuntos unos a otros. Por este motivo, hable con este Inspector Don A. D. G., en varias ocasiones, indicándole mi malestar por todo lo que estaba pasando en el grupo, a lo que este señor me contesta, que me limite a trabajar y que él era el jefe, por lo tanto allí se hace lo que el diga, a lo que le respondí, que todos teníamos que trabajar y que era injusto que unos nos comiéramos los trabajos duros y otros vivieran del cuento, se me ordeno callar y a partir de hay se me dejo de hablar, se me margino, y se me empezó a desacreditar ante los demás compañeros, no solo del grupo sino de la Comisaría también, así como ante los componentes de la Brigada Provincial de Policía Científica.

Durante un fin de semana que estuve fuera de la isla en comisión de servicio, ocurrió un hecho lamentable que fue la muerte de una ciudadana de origen Rumano, al parecer degollada por su novio, cuando regreso al grupo, los compañeros E. N. C. y D. R. C., me piden ayuda porque se estaban haciendo las cosas muy mal en relación con este caso, una vez sabido todo lo que ocurrió, se me pidió que estudiara unas huellas reveladas en diferentes cosas de las intervenidas en el lugar de los hechos, a lo que yo me dedico y a la vez, indico a los que estaban allí, que había que realizar otras inspecciones dado que la cosa no estaba clara y habían, muchos cabos sueltos, a lo que posteriormente y tras su llegada de permiso, el jefe de grupo, reaccionó y me dijo que me callara y que si no estaba de acuerdo que hiciera otra cosa, yo le manifesté lo que yo creía y que como el no había estado en el lugar, dado que se acababa de incorporal de 10 días de permiso y además se volvería a ir otra vez a los pocos días, como así ocurrió, que además se había vuelto a rehacer la comparecencia inicial de los Funcionarios que llegaron en primer lugar al lugar de los hechos, que no se identificaron a todos los que estaban en ese domicilio antes de que ocurriera el homicidio, así como se habían destruido pruebas importantes para la investigación, y realizar prácticas ilegales en el proceso.

Los principales responsables de la Inspección Ocular y de este trabajo en particular, eran el Subinspector D. y los policías M. C. y C. D., este último como funcionario de incidencias ese día, los demás fueron llamados por teléfono dada la poca experiencia de todos estos, y además de realizar gran parte del trabajo y expresar sus quejas por lo mal que se estaba haciendo, se negaron rotundamente a que sus números profesionales aparecieran en el Acta de Inspección Ocular, a partir de hay, marcharon de vacaciones en agosto y me toco a mi lidiar con toda esta gente, que aparte de tirar puntas y hablar mal de mí, dado que me negaba a participar en todo ese enredo.

A los diez días, más o menos y viendo que cada vez se cometen más barbaridades, imprimí una copia del Acta que se estaba elaborando y me fui ha hablar con el que estaba de Jefe accidental de la Comisaría, Inspector Trinitario Sánchez, le enseñe el Acta y le manifesté lo que estaba ocurriendo, me dijo que él hablaría con el jefe de científica cuando regresara de permiso, pero que le parecía que el fin de semana estaría, pues tenía nombrado servicio de incidencias. Y así ocurrió el sábado por la mañana, estaba trabajando en el grupo, cuando entra por la puerta el jefe del mismo Inspector A. G. y tras cerrar la misma, comienza a amenazarme, gritando que me iba a expedientar por filtraciones o lo que sea, haber porque fui a decirle nada al jefe de la Comisaría, a lo que le conteste, que por eso mismo, porque era el jefe y tiene que saber lo que esta pasando, me volvió a gritar y amenazar y luego se marcho, el lunes siguiente no me dan ni los buenos días y me tratan con desprecio, hablando entre ellos y aprovechando la ocasión para decir cosas que yo interpretaba que se referían a mi, tales como que ya se enterara de quien soy yo, a mi no se me sube nadie a las barbas, le queda poco etc, y cuando llego la hora de marchar, me despedí sin recibir respuesta.

Posteriormente compruebo que a parte de las graves irregularidades del Acta, puestas de manifiesto al Jefe accidental de la comisaría, me entero que el Acta había sido remitida al juzgado, busco la copia, la leo detenidamente y no salgo de mi asombro cuando compruebo que, el jefe de grupo se pone como Instructor del Acta, cuando este señor no participo para nada en el asunto y además estaba de vacaciones esos días, seguidamente leo que se remiten a los laboratorios otras muestras, cuando ya se habían remitidos varios días atrás, y esto es porque se había realizado otra Inspección Ocular, que no fue reflejada en el Acta, así como tampoco aparecía en el Acta el reportaje fotográfico ordenado por los forenses, a las lesiones que aparecieron pos mortem en el cadáver, y que eran evidencias de lucha y defensa y así un cúmulo de despropósitos sin sentido, además de vulnerar la ley, con falsedades en documento oficial, todo esto fue denunciado posteriormente en los tribunales y ampliado posteriormente con diferente documentación.

Que una vez que se incorpora después del periodo vacacional, el Comisario Gil Rubiales, se le informa de todo lo ocurrido, por parte del Inspector Trinitario, este presentando incluso una nota informativa, y verbalmente el Inspector A. G., y posteriormente el comisario me llama a su despacho y me pregunta que es lo que había ocurrido, tras informarle de todo lo que había pasado con el homicidio de la chica Rumana, y además le indico que yo le había presentado minutas pidiéndole la baja del grupo, por todos los motivos relatados y dado que se me estaba haciendo la vida imposible y que no podía aguantar más esa situación, el comisario me dice que salga un momento y entran los Inspectores Trinitario y A., y tras un buen rato, salen del despacho y me dicen que el comisario quería volver ha hablar con migo, entro de nuevo en el despacho y me dice que había visto el Acta junto al jefe de grupo y el no observaba ninguna irregularidad, a lo que yo le comente, le parece a usted poca irregularidad que el Inspector A. G., no estando presente en la inspección ocular y demás gestiones por estar de vacaciones, se ponga como Instructor de la misma, o que se falsifique la firma de un funcionario, que se encontraba de vacaciones en la península cuando se acabo el Acta, o que los que de verdad realizaron el trabajo, se negaran a que sus números profesionales aparecieran en la misma, dado la cantidad de irregularidades que se cometen en la gestión de la misma, a todo esto el señor Comisario me ordena que le vuelva hacer otra minuta pidiendo la baja del grupo y que inmediatamente me valla de vacaciones, que ya hablaríamos cuando regresara, a lo que yo le informo de que si él no soluciona el problema creado por estos señores, yo iría al Juzgado a poner una denuncia por todo lo ocurrido. Al oír esto el comisario Gil Rubiales, se dirige hacia mí y me pone la mano sobre el hombro, manifestándome que las cosas en los juzgados se lían y lían y al final, el que lo va a pasar mal vas a ser tú.

Tras presentar una nueva minuta solicitando la baja del grupo, y recoger los efectos personales de mi mesa de trabajo, siempre bajo la supervisión del jefe de grupo, me presento en el juzgado y me entrevisto con la Juez Decana, le informo de todo lo que había pasado y me indica que le haga una denuncia inicial, que posteriormente seria ampliada y que se la entregara a ella, pero dado que se tenía que marchar para el levantamiento de un cadáver en los calabozos de la comisaría, la juez tubo que asistir al hecho acaecido en la Comisaría y hablo con el comisario de lo que yo le había contado, y cuando me presento en la misma, para entregar la minuta para irme de vacaciones, el comisario ordena que no este solo en ningún momento mientras este en las dependencias y que tenia que entregar la llave del grupo, a lo que yo le conteste que ya la había entregado a una compañera, manifestándome el Señor comisario que tampoco importaba, puesto que ya se habían cambiado las cerraduras y que además me haría la vida imposible por haber acudido a los tribunales.

A la semana de estar de vacaciones me llaman de la comisaría y me comunican que cuando me reincorpore al trabajo, lo haga de servicio de calabozos y que fuera bien preparado pues lo mismo, pasaba de estar de servicio en los mismos a estar dentro de alguno de ellos, pero como detenido. Posteriormente me entero por uno de los forenses, de que el señor Comisario Gil Rubiales, había invitado a una comida, a algunas juezas y secretarias de los Juzgados, junto a los dos inspectores ya mencionados y que en dicha comida se había insinuado que yo no estaba muy bien de la cabeza, y que todo eso se debía a que tenia problemas personales con algunos compañeros en el grupo y por este motivo, el Comisario me saco del grupo, por lo que en plan de venganza por mi parte, los he denunciado y que lo que manifiesto no se corresponde con la verdad.

Después de la denuncia empezó una campaña de acoso, amenazas, difamaciones, humillaciones, mentiras etc, etc, que acabaron con mis nervios destrozados, aparte de aguantar continuamente la prepotencia y el abuso de poder del Comisario Gil Rubiales, quien no escatimo esfuerzos en acabar con mi salud y mi economía, perjudicando gravemente mi vida familiar, con hechos como los que relato a continuación.

A).- Tres minutas solicitando la baja voluntaria del Grupo de Policía Científica por motivos personales y de enfermedad con fechas 10-04-02, 05-06- 02 y 09-09-02, todas ellas poniendo en conocimiento del Señor Comisario Gil Rubiales, el trato que estaba recibiendo por parte de algunas funcionarios del grupo, las condiciones de trabajo en el mismo, las irregularidades y demás circunstancias anómalas que se cometían por parte de algunos funcionarios adscritos a dicho Grupo, sin que se pusiera fin a las mismas, a pesar de tener conocimiento de las irregularidades.

B).- Al declarante se le abre Expediente Disciplinario 45/03, por haber denunciado ante los tribunales, las falsedades y encubrimientos cometidos en todo el proceso de tramitación del Acta de Inspección Ocular número 510/02, por el homicidio de una ciudadana de origen Rumano, presuntamente por saltarme el conducto reglamentario, lo que es del todo incierto dado que esta parte presento junto a su representante sindical, una minuta poniendo en conocimiento los hechos al Comisario Provincial, esto no evitó que fuera sancionado por la autoridad del Comisario Gil Rubiales, además de ser un procedimiento irregular llevado hasta el final, cumplir los plazos máximos y donde se le tomo declaración tanto al comisario, como a los Inspectores, en relación a los hechos denunciados en los juzgados, manifestando los tres, que en el Acta no hay irregularidades, mientras tanto, con todo esto me tienen amenazado con que me van sancionar, y que mi familia va a pasar hambre, tras pasar unos meses muy fastidiado, me llega la resolución de Madrid, donde desestiman mi recurso y le dan la razón al Comisario. Posteriormente recurro al Tribunal Superior de Justicia de Canarias, Sala de lo Contencioso Administrativo, donde durante el proceso de instrucción del procedimiento, y en el pliego de preguntas realizadas por escrito al Comisario Gil Rubiales, por mi parte, este responde a todas ellas, faltando a la verdad, y negando conocer nada de lo que se le pregunta, siendo aportado por mi parte diferente documentación, que demuestra fehacientemente que este señor miente al tribunal y solicitando que le sean remitidos a la fiscalía, dichos documentos y las respuestas de este señor, por si podían constituir un delito de falsedad, lo que ignoro si se llevo a cabo. Posteriormente y en Sentencia número 107, el TSJC. Estima mi recurso, dado que la sanción impuesta por este impresentable no es conforme a derecho, y además dice que se vulnero mi presunción de inocencia, que en todo momento obre como mandan las normas y que lo que se tenia que haber hecho es depurar por su parte, las responsabilidades que hubiera lugar, después de abrir la correspondiente información interna, lo que no hizo y sin embargo, si me humillo y amargo durante todo los meses que duro este calvario.

C).- Se le abre al que suscribe Información Reservada 01/03, por una denuncia falsa presentada, por el Subinspector Dorta, al comisario Gil Rubiales, siendo este Señor Dorta uno de los denunciados en el Juzgado, además de representante del Sindicato SUP, alegando en su denuncia que presuntamente el que suscribe, había cometido algún tipo de irregularidad en una Inspección Ocular, al parecer por trabajar en día festivo, y porque el denunciante era amigo y me hacia algún tipo de regalos, directamente el Señor Comisario nombra Instructor y Secretario, y se me llama por teléfono a mi domicilio, comunicándome que me presentara en la comisaría, a partir de las seis de la tarde para prestar declaración como imputado (no es esto ilegal), este proceso se archivó, como no podía ser de otra manera, además de ser un trabajo, donde se pudieron revelar huellas importantes, que tras una colaboración con la Guardia Civil, se identificaron los depositantes de las mismas y fueron detenidos los autores del robo, pero me tuvieron varios meses pendientes de una posible sanción, sin ni siquiera informarme de que se había archivado, de lo que me entere de casualidad y como es mi derecho solicite copia de dicha información, pero al solicitante se le ha negado en repetidas ocasiones el acceso a este proceso en escritos con R/S. Números 5934/03, 6619/03, 34961/03 etc., ordenado por este Comisario.

D).- Utilizar datos médicos del declarante sin su autorización por parte del Comisario Gil Rubiales, con el fin de denunciarlo ante la Jefatura Provincial de Tráfico, para que le fueran retirados los permisos de conducir, lo que se llevo a cabo, no sin un proceso completamente ilegal, sólo sostenible mediante el corporativismo, amiguismo y ocultación de documentación. Todo esto denunciado ante la Agencia Española de Protección de Datos y Los tribunales, comprobando como el señor comisario Gil Rubiales, no duda en absoluto, en ocultar y falsificar documentos, para de esta manera engañar a los inspectores de la A.E.P.de Datos, todo ello comprobado, tras solicitar, fotocopia del expediente instruido. Por otra parte se me retiraron los permisos de conducir, y para poder recuperarlos he tenido que desplazarme incluso hasta Madrid, para someterme a diferentes reconocimientos médicos, y comprobar como en la Jefatura Provincial de Trafico de Tenerife, ante los mismos Inspectores de la A.E.P.D. se vuelven a presentar documentos falsificados, todo esto para ocultar que todo ha sido por ayudar en las represalias del Comisario Gil Rubiales hacia mi persona, llegando a solicitar los expedientes de tráfico y una vez en mi poder, comprobar como hasta el medico de trafico en Tenerife miente, llegando a encontrar documentos falsos en el expediente, posteriormente y tras pasar los oportunos reconocimientos se me devuelven los permisos, después de más de dos años de lucha y gastos económicos.

E).- Falsificación de una Instancia del que suscribe y utilizar datos médicos sin mi autorización, con el fin de que se resolviera de forma negativa para el solicitante. Todo esto denunciado ante la A.E.P. Datos, siendo sancionado por este motivo la Dirección General de la Policía, y el Inspector T. S., por una falta grave, por resolución de la A.E.P. de Datos. No obstante no se ha abierto ningún tipo de información interna, con el fin de aclarar lo ocurrido y depurar responsabilidades por parte de DGP, por otro lado yo sigo sin cobrar ese dinero y he tenido que soportar meses de incertidumbre y escritos negativos y gastos económicos.

F).- Negativa a facilitar documentos y escritos, solicitados por mi parte y que legalmente me tenían que proporcionar en virtud de la Ley 30/92, todo esto con el solo propósito de impedir mi derecho a defensa, escritos dirigidos al Jefe de Personal y Jefe de Asuntos Internos en Madrid, con fecha 03-04-03, y R/E. Números 2895 y 2896/03, de ambos escritos, esta parte no tiene conocimiento de que se cursaran dado que en su expediente personal, obrante en la Comisaría Provincial, no aparecen como se refleja en el Acta levantada al efecto con fecha 27-06-03, y firmada por el Jefe de Personal de la Comisaría Provincial y el declarante, lo que pone de manifiesto las deficiencias y conductas cuando menos anómalas que demuestran un evidente intento de ocultación de los hechos. Llegando incluso a quitar de mi expediente personal, los escritos que el Comisario Gil Rubiales, quería para que yo no tuviera acceso a ellos, incluidos aquellos que fueron falsificados por el mismo, con el fin de evadirse de sus responsabilidades.

G).- No tramitar, ni darle el curso legal a escritos de esta parte dirigidos a la superioridad, tanto a la Comisaría Provincial como a Madrid, todo esto con el fin de que no se tomaran las medidas necesarias para el total esclarecimiento de los hechos denunciados en los Tribunales, todo esto quedo de manifiesto, ante la inspección de la AEPD, cuando el comisario Gil Rubiales, da curso a un escrito, que había sido presentado por mi varios meses antes y dirigido al Comisario Provincial, solicitando que se abriera una información en relación a los hechos denunciados en los tribunales.

H).- Clara obstrucción a la acción Judicial interfiriendo en la misma, descalificando al denunciante, y provocando que la Juez, del Juzgado de Instrucción número Dos de Arona, la cual mantuvo el secreto del sumario durante 15 meses, sin practicar las diligencias oportunas para el conocimiento de los hechos, llegando a tomar declaración a varios de los denunciados, pero en calidad de testigos, sin poner en conocimiento de mi abogado nada de lo que pasaba, llegando a enterarme a trabes de una amistad del juzgado, que dicha juez había decretado el archivo de las actuaciones, y seguía enviando durante algunos meses el auto de prorroga del secreto sumarial a mi letrado, a lo que mi abogado no daba crédito, pero era cierto, llegando incluso a recibirme una ampliación de denuncia incluyendo documentación, sabiendo que ya lo había archivado y cuando se supo todo esto, su señoría, desestima todos los recursos presentados contra el archivo, sin un razonamiento adecuado, lo que obliga a recurrir ante la Audiencia Provincial, donde después de mucho tiempo, se estima el recurso presentado por mi abogado, pero seguimos esperando, y han pasado cuatro años, estando detrás de todo esto las interferencias del Señor Gil Rubiales, que sigue con sus influencias, alargando y paralizando el proceso. Habiendo denunciado todo esto ante el Consejo General del Poder Judicial R/E. 10/22319.

I).- Teniendo que soportar durante todos estos años un trato vejatorio mediante métodos de aislamiento, humillación, desacreditación, difusión de rumores de mi vida personal y familiar, atosigamiento, amenazas veladas, así como amenazas telefónicas desde el teléfono de la comisaría, de donde se realizan amenazas de muerte dirigidas hacía mi persona y mi familia, si seguía adelante con las denuncias presentadas.

J).- En escrito de fecha 20-01-03, con R/E. 355, esta parte solicita de la superioridad que se abriera una información con relación a su baja laboral y los motivos de la misma, ya que había caído en una depresión muy grande y sin embargo la actitud del Comisario Gil Rubiales y demás personas implicadas, me estaban sometiendo a una gran presión sicológica, esta gestión no se ha producido hasta la fecha a pesar de haber nombrado instructor y secretario para la practica de la misma, tras ser informado el que suscribe, otra de las interferencias del Señor Gil Rubiales, quien paraliza el Expediente de Lesiones sin justificación alguna.

K).- En relación al Tribunal Médico de la Dirección General de la Policía, donde tuve que comparecer a primeros de Marzo de 2004, pues manifestar que no se me permitió hablar sobre ningún tema y el presidente después de mandarme a callar en varias ocasiones, me pregunto si tenía algún informe médico que aportar, a lo que le manifesté que si, y este señor me dice, pues entréguelo usted y ya hemos acabado, por supuesto que me sentí indinado con el comportamiento de este señor Don Julio Tamargo González. Para esto me han hecho venir ustedes hasta Madrid, para no poder ni siquiera manifestar lo que me ha ocurrido, ni el trato que he recibido por parte del Jefe de la Comisaría, ni siquiera quieren saber ustedes como Médicos como me siento yo, a lo que me respondió que él ya tenía los informes.

L).- Recibo varias llamadas desde la Comisaría, indicándome que me habían jubilado que tenía que pasar por allí, para firmar los papeles y entregar el carné y la placa, a lo que yo manifesté que si no tenían que entregarme ellos antes las resolución del Tribunal Médico, a lo que me dijeron que era orden del Comisario Gil Rubiales, y que por tanto tenía que hacerlo, a lo que yo me negué y los inste a que primero deberían entregarme la resolución, y si no estaba de acuerdo con la misma, pues recurrirla, pues durante un tiempo este comisario, me estuvo mandando escritos, por correo certificado a mi domicilio, para que entregara, tanto el carné como la placa, pero no me facilitaba la resolución de la jubilación, hasta que transcurridos unos días, me vuelven ha llamar por teléfono y me comunican que ya esta la resolución allí y que pase a recogerla, pero que tengo que hacer entrega de lo que dice el comisario, y al final tuve que firmar los papeles y entregar el carné y la placa, incluso antes de mi recurso contra la resolución del Tribunal Médico, lo que hice posteriormente y me vino denegado el recurso.

M).- Dicho Tribunal Médico, presumiblemente dirigido por las influencias de este Comisario Gil Rubiales y sus amigos en la cúpula Policial, no me pasa a segunda actividad, como pasan a todos los compañeros, algunos con enfermedades mucho peor que las mías, sino que por Ansiedad Generalizada y problemas relacionados con el trabajo, me jubilan para la Policía, porque supuestamente he perdido mi capacidad psicofísica para este trabajo, si bien puedo trabajar en cualquier otro empleo. Lo que me deja en una situación en la que por mi enfermedad no puedo ser policía, pero al no conceder la absoluta, no puedo ni recurrir a mis seguros, y por supuesto se lavan las manos ante el empeoramiento de mi enfermedad, que me tiene sumido en una depresión, de la que no puedo salir, aunque cuente con la ayuda de muy buenos profesionales. Estando esta hoy en día encerrado en mi casa sin poder salir a ningún sitio, dado que mi inseguridad y mis miedos, me lo impiden.

N).- Una vez que recibida todo la documentación, presente una demanda ante el Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo número 7, de Madrid, y el tribunal en Sentencia número 486/04, y ante la gran batería de pruebas aportadas por mi parte, además de todos los informes médicos aportados tanto por la DGP como por esta parte, reconoce que la enfermedad que padezco, es causada por todo lo ocurrido en la comisaría donde prestaba mis servicios, y me reconoce el derecho a percibir la pensión extraordinaria, por cumplir los requisitos exigidos en el Articulo 47 de la Ley de Clases Pasivas.

De todo lo narrado existe la documentación pertinente, así como la presentada ante los Tribunales.

Fdo. A. A. H. R.
Santa Cruz de Tenerife

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pareces un buen hombre
ahunque seas policia

muerte a los torturadores!!!

Anónimo dijo...

Hay muchisimos casos como este. Lo siento mucho lo que has pasado a mi me hicieron algo mas grave. Un saludo